En la tienda

• Elija productos con poca sal; lea cuidadosamente las etiquetas y vea la cantidad total de sodio por porción.

• Use más alimentos frescos: compre más frutas y verduras, carnes magras, pescado y aves.

• Use menos alimentos congelados, enlatados o empacados, que con frecuencia contienen mucho sodio.

• Use vegetales congelados solos, sin salsas ni coberturas. Estos productos suelen no tener sodio o tener muy poco.

• Opte por las versiones reducidas en sodio o sin sal agregada de las sopas y vegetales enlatados.

En la cocina

• Cuando cocine, no agregue sal a los alimentos. Sazone con condimentos como pimienta, ajo y cebolla, mezclas de hierbas sin sal y jugo de lima o de limón.

• Use un libro de cocina que tenga recetas con poca sal. Le puede dar ideas para cocinar platos saludables para su corazón, que además sean sabrosos.

• Sazone con mezclas de hierbas sin sal la carne y las verduras.

• Escurra y enjuague los alimentos enlatados, como los vegetales y los frijoles enlatados, antes de cocinarlos o comerlos.

En los restaurantes

• Dígale al mesero que está en una dieta baja en sal. Haga preguntas sobre el menú.

• Pida pescado, pollo y carne asados, cocidos al horno, escalfados o a la parrilla, que no tengan sal ni mantequilla, y que no sean empanizados.

• Para dar sabor use limón, pimienta y mezclas de hierbas sin sal.

• Pida arroz cocido sencillo, pasta hervida y papas al horno o hervidas. Agregue a las papas cebollinas y un poco de crema agria.

¡Tenga cuidado! La sal tiene muchos otros nombres. Tenga cuidado con los alimentos que tengan estas palabras en la lista de ingredientes: sal, sodio, salsa de soya, bicarbonato de sodio, polvo para hornear, MSG, monosodio, Na (símbolo químico del sodio). Algunos antiácidos también tienen alto contenido de sal.