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¿Qué es la esclerosis múltiple (EM)?

La esclerosis múltiple es una enfermedad del cerebro y de la médula espinal. Lamentablemente, no existe una cura para la EM. Sin embargo, existen muchas opciones de tratamiento disponibles. Muchas personas con EM pueden manejar sus síntomas y llevar una vida activa y saludable. Siga leyendo para obtener más información sobre EM y sus tratamientos.

Primer plano de la sinapsis donde se encuentran dos neuronas. Las flechas muestran el mensaje que pasa por una neurona sana y se interrumpe en la neurona dañada.

¿Qué es la esclerosis múltiple (EM)?

El cerebro es el centro de control del organismo. Cada parte del cerebro controla funciones específicas. Algunas de estas funciones son el movimiento, el equilibrio, la sensibilidad y el razonamiento. El cerebro las controla mediante el envío y la recepción de mensajes a través de los nervios. Los nervios tienen un recubrimiento protector (mielina). Con la EM, la mielina de los nervios en el cerebro y en la médula espinal se lesiona. La pérdida de este recubrimiento provoca una desaceleración o detenimiento de los mensajes que se trasladan a través de los nervios afectados. Esto origina los síntomas de la EM.

Causas y factores de riesgo de la EM

Los expertos aún no descubren la causa de la EM. Pero la mayoría de las investigaciones sugieren que el sistema inmunitario del organismo ataca y destruye la mielina por error. La EM generalmente comienza en los adultos entre los 20 y 40 años. Se manifiesta con más frecuencia en mujeres que en hombres. Es más probable que se presente en una persona con antecedentes familiares de EM. El tabaquismo no es causa de EM pero puede empeorarla.  

Tipos de EM

Existen cuatro tipos principales de EM. Estos son los siguientes:

  • EM remitente-recurrente. Este es el tipo más frecuente de EM. Se caracteriza por episodios aislados de síntomas (también llamados ataques o crisis). A estos episodios le siguen períodos de recuperación parcial o completa. Cada ataque puede ser peor que el anterior.

  • EM primaria-progresiva. Este tipo de EM se caracteriza por un inicio lento de síntomas que empeoran gradualmente con el correr del tiempo. No existen períodos de recuperación.

  • EM secundaria-progresiva. Este tipo de EM comienza como una EM remitente-recurrente. Después de una etapa de estabilidad, la enfermedad empeora continuamente. Aproximadamente el 50 % de las personas con EM remitente-recurrente tiene EM secundaria-progresiva en el término de los 10 años a partir del primer episodio. En casi todos se manifiesta en el término de los 25 años.

  • EM progresiva-recurrente. Este tipo de EM incluye tanto síntomas lentamente progresivos como períodos de crisis. 

Síntomas de la EM

Los síntomas de la EM varían de una persona a otra. La clase de síntomas que tiene la persona depende de qué nervios están afectados. También depende de la magnitud del daño que hay en los nervios del cerebro y la médula espinal. Además, una persona puede tener diferentes síntomas durante el curso de la enfermedad. Los síntomas pueden incluir los siguientes:

  • Cansancio extremo (fatiga)

  • Entumecimiento, hormigueo o pérdida de sensibilidad

  • Dolor

  • Espasmos musculares o debilidad en los brazos, las piernas o ambos

  • Problemas de visión, tales como movimientos oculares rápidos, visión doble o pérdida de la visión

  • Problemas de equilibrio y coordinación

  • Dificultad para caminar o mover los brazos, las piernas o ambos

  • Problemas de control de intestino y vejiga

  • Problemas con la función sexual

  • Mareos

  • Dificultad para concentrarse, focalizar o recordar cosas

  • Dificultad para razonar y resolver problemas

  • Dificultad para hablar o tragar

  • Depresión

Diagnóstico de la EM

La EM puede ser difícil de tratar. Los síntomas suelen aparecer y desaparecer. Además, se asemejan a los síntomas de otros problemas de salud. No se diagnostica EM a menos que una persona haya tenido al menos dos o más episodios separados de síntomas de EM. Para confirmar un diagnóstico de EM, su proveedor de atención médica averiguará los antecedentes detallados de síntomas. Le hará un examen neurológico para controlar la fortaleza muscular, el equilibrio, la coordinación y los reflejos. Posiblemente también evalúe ciertas habilidades como el pensamiento y la memoria, la visión, el oído y el habla. Además, los proveedores de atención médica también pueden pedirle los siguientes estudios:

  • Resonancia magnética. Este estudio proporciona imágenes detalladas del cerebro y de la médula espinal. Ayuda a verificar áreas de nervios dañados. Normalmente se las denomina lesiones o placas.

  • Potenciales evocados visuales. Este estudio se realiza para comprobar el funcionamiento de los nervios ópticos.

  • Punción medular (también llamada punción lumbar). Este estudio evalúa la salud del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal para detectar signos de daños en la vaina nerviosa (desmielinización).

  • Análisis de sangre. Ayudan a descartar otras causas de los síntomas.

Tratamiento para la EM

El objetivo del tratamiento es controlar los síntomas y reducir la velocidad con la que la enfermedad empeora. Puede controlar sus síntomas con una o más de las siguientes opciones:

  • Medicamentos. Algunos medicamentos ayudan a que el sistema inmunitario del organismo no siga atacando la mielina. Esto puede disminuir la frecuencia y la intensidad de los ataques. Otros medicamentos ayudan a controlar los síntomas o a aliviar el dolor cuando se presentan los ataques.

  • Rehabilitación Los síntomas o los problemas causados por la EM pueden interferir con la vida diaria. La rehabilitación incluye fisioterapia, terapia ocupacional o terapia del habla. Esto puede ayudar a conservar la fortaleza y el funcionamiento de su organismo. Si fuera necesario, su proveedor de atención médica le recetará dispositivos de asistencia tales como un bastón, un andador o una silla de ruedas. También puede hacer modificaciones en su hogar o su espacio de trabajo para mejorar su seguridad.

  • Servicios de respaldo. Estos incluyen asesoría psicológica y grupos de apoyo para ayudarlo a sobrellevar los desafíos que supone vivir con EM. Los familiares y amigos también pueden aprovechar estos servicios.

  • Cambios en el estilo de vida. Al hacer ciertos cambios en el estilo de vida y en la rutina diaria se puede tener mejor control de los síntomas. Estos cambios pueden ser descansar lo suficiente y hacer actividad física regularmente. Comer alimentos saludables y reducir el estrés. Pensar en las cosas que desencadenan los episodios de EM y evitarlas es de gran ayuda.

  • Otros tratamientos. Los investigadores están estudiando nuevos tratamientos para la EM. Muchos de ellos están en etapa de ensayos clínicos. Eso significa que están en un período de prueba para verificar su seguridad y eficacia. Sus proveedores de atención médica pueden brindarle más información sobre los tratamientos que podrían ser más adecuados para usted.

Problemas a largo plazo

La EM es una enfermedad impredecible. Su experiencia será diferente a la de otras personas. En general, si tiene EM, debería hacer consultas regulares con su proveedor de atención médica. El proveedor controlará sus síntomas. También controlará la eficacia de los medicamentos y de los tratamientos. Es posible que los síntomas de la EM empeoren a medida que avanza la enfermedad. En caso de que esto ocurra, es posible que necesite cuidados y tratamientos más agresivos. Para obtener más información sobre la EM y los avances que están haciendo los investigadores para encontrar una cura, visite los siguientes recursos:

  • National Multiple Sclerosis Society, www.nationalmssociety.org

  • Multiple Sclerosis Association of America, www.mymsaa.org

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